Pero el punto crítico de la propuesta es, en mi opinión, su sentido profundo, su efecto duradero. La tierra vista desde el cielo, la reconocida obra del fotógrafo francés YannArthus Bertrand, recuerda aquella masa de ideas, aquel conjunto de proyectos confluyentes o contradictorios, pero que compartían un núcleo. Recuerda unos sueños -o unas pesadillas - del hombre, a los que de común llamamos modernidad. Representa la perspectiva aérea en su máxima expresión, la exacerbación del sentido de la distancia, la objetividad pura, la mirada de Dios.
Aqui veo yo el punto decisivo. Y aqui se vuelve interesante la contrapropuesta: enfocar la cámara al cielo, al cielo abierto, amplio, infinito, insondable. Dispararle desde una pequeña porción de tierra. Tierra pobre, tierra dividida, tierra propia, ajena, de nadie, tierra sucia, tierra hermosa, tierra y roca, tierra y vidrio, o chapa, tierra y arena. Atrapar lo insondable con una mano, atrapar en el aire al viento. La mirada del hombre que se vuelve a Dios.
2 comentarios:
Estimado Marcos:
Su redacción es clara, objetiva, con contenido y artistica.
Sepa recibir mis felicitaciones.
Un abrazo desde Reflexiones.
Fabio Pereyra
hola
llegue aqui gracias a fabio pereyra
y no me arrepiento
me gusto leerte
pasare mas seguido por aqui
te invito a visitar mi blog
nos leemos
hasta pronto
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